Italia es un país conocido por su gastronomía, y dentro de su cultura culinaria, los quesos ocupan un lugar especial. Cada región tiene sus propias variedades, con características únicas en sabor, textura y proceso de elaboración. En este artículo, exploramos las diferencias entre algunos de los quesos italianos más icónicos.
Este queso fresco se elabora con leche de búfala y se caracteriza por su textura tierna y su sabor delicado con un ligero toque ácido. Su cremosidad lo convierte en la estrella de la clásica ensalada caprese y en un ingrediente imprescindible para una auténtica pizza napolitana.
Conocido como el «Rey de los Quesos», el Parmigiano Reggiano DOP es un queso curado y de textura granulosa. Se produce con leche de vaca y su proceso de maduración puede durar entre 12 y 36 meses, lo que le otorga un sabor intenso y ligeramente salado. Es ideal para rallar sobre pastas, risottos y ensaladas.
El Pecorino Romano se elabora con leche de oveja y es famoso por su sabor fuerte y salado. Su textura firme lo hace ideal para rallar sobre platos como la pasta cacio e pepe o la carbonara. Es un queso con siglos de historia y un pilar en la cocina italiana.
La Stracciatella es un queso ultra cremoso compuesto por hilos de mozzarella bañados en nata. Es el relleno de la famosa burrata y se disfruta mejor con pan crujiente o acompañado de tomates frescos y aceite de oliva.
Cada queso italiano tiene su propio carácter y se adapta a diferentes platos y maridajes. Si buscas un queso suave y fresco, la mozzarella o la stracciatella son opciones ideales. Para un toque de intensidad, el pecorino o el gorgonzola son elecciones acertadas. Y si deseas un queso versátil y curado, el Parmigiano Reggiano siempre es una gran apuesta.
Italia nos ofrece un mundo de sabores a través de sus quesos. ¿Cuál es tu favorito?
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